domingo, 1 de febrero de 2009

El Coto


Diez o quince centímetros de fealdad concentrada, un hocico romo, corto, fuerte, aplastado, que visto de frente parece el de una rana. Este animal es el coto, un pez solitario habitante de los ríos y lagos donde para vivir prefiere los fondos arenosos y con piedras.
Tiene la forma de nadar muy característica, llena de complicadas evoluciones y saltos, con el gesto hosco de su gran hocico enmarcado por la gorguera de las aletas natatorias.
El coto se apodera de sus presas con un espectacular salto, de modo tan fulminante que la víctima nunca llegará a saber lo que ha sucedido. Sus principales presas son lombrices, larvas de insectos acuáticos, alevines y huevos de peces y pececillos.
Pero el coto también es inteligente cuando se trata de salvar su pellejo, con un rápido abaniqueo de las fuertes aletas se pone fuera de tiro.
Cuando acaba el invierno, el coto forma una familia. Excava su nido removiendo la arena y las piedras. La hembra “cuelga” en le techo del nido hasta 700 huevos.
Una vez hecho esto, la hembra abandona el nido y lo deja al cargo del macho que se ocupará de todo lo demás. Durante la protección de los huevos, el coto macho no dejara ni ver estos huevos a ningún intruso, por grande que sea, pero, en ocasiones también el valiente papá se convierte en un feroz caníbal y devora a los recién nacidos.

¿Sabías qué…
… el coto es tan voraz, que a veces lanza un soplido enérgico que desprende de las rocas los huevos de otros peces para comérselos fácilmente?

… al coto no le gustan nada los intrusos, ya que a los ejemplares conservados en peceras, cuando alguien mete la mano en le agua, este pez se precipita contra ella?
… que en algunos poblados de Siberia sus carnes constituyen un antídoto contra las mordeduras de las víboras?

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